Reportaje publicado en Voces de Nariño, Colombia. “Los nariñenses están a tiempo de proteger su patrimonio natural, de proteger su otra madre, la Naturaleza, y a todos los seres que habitan en ella… a pesar de las 992 concesiones de explotación minera adjudicadas en el Departamento”. Las ocres colinas se siluetean contra el cielo azul. Matorrales bajos salpican aquí y allá el seco paisaje a excepción de una pequeña laguna rojiza. Herrumbrosas se levantan las estructuras de extracción de hierro y ruinosos edificios se desmoronan en el yermo entorno. Algunas aves sobrevuelan el lugar en su camino hacia más amables alrededores. Ese es el aspecto de la Sierra Minera de Cartagena, en España, de donde soy. Después de miles de años de imperios como el fenicio, el cartaginés y el romano explotando la zona, las modernas técnicas de extracción de franceses e ingleses, con la complicidad de los gobiernos locales, agotaron los yacimientos que quedaban, contaminaron agua, aire y tier