Bananas en Cartagena. Sobre el contenido creado por la Inteligencia Artificial GPT.

Después de  hacer varias pruebas me ha parecido que la calidad literaria de GPT es excelente para venir de una máquina y mediocre en comparación con una persona. Los sentimientos y emociones que puede transmitir alguien que tenga habilidad y cosas por contar son, por el momento, superiores.

GPT es un prototipo y seguro que va a mejorar. Es posible que alguna editorial esté pensando ya en usar una inteligencia artificial para vender libros sin tener que pagarle a un escritor y, aunque esto pueda llegar a ser técnicamente posible, probablemente serán libros mediocres y vacuos porque la experiencia vital, las emociones y sentimientos no son tan accesibles para una máquina. 

Pero, ¿y si la persona que le da indicaciones a la máquina tiene talento? Eso es distinto y es posible que se pueda obtener literatura interesante.

Por el momento tendrán que pagar a alguien para que la maneje. Es posible que se reduzcan los empleos pero el factor humano será necesario. Ahora bien, como integración de IA en hojas de cálculo hace que se ahorre tiempo en táreas SEO y similares. También puede servir en lluvias de ideas para creación de contenidos. Aquí dejo uno de los relatos que ChatGPT me hizo.

 
HUMANO: "Escríbeme un relato jocoso sobre el puerto de Cartagena en la época del imperio cartaginés."

ChatGPT: "Había una vez un puerto llamado Cartagena en el Imperio Cartaginés. Era el orgullo y la alegría de los cartagineses, ya que era el lugar donde todos los barcos cargaban y descargaban sus mercancías. Era conocido por su gran eficiencia y por tener los mejores arreglos de aduanas de todo el Imperio.

Sin embargo, había un problema en Cartagena. El gobernador del puerto, llamado Aníbal, era un hombre muy estricto y amante de las reglas. Él siempre estaba pendiente de que todo estuviera en orden y que nadie cometiera ninguna infracción. Los marineros y comerciantes que llegaban al puerto temían ser arrestados por él.

Un día, un barco llegó al puerto con una carga muy especial: una gran cantidad de plátanos. Los marineros estaban emocionados de venderlos en el mercado, pero cuando Aníbal vio la carga, se enojó muchísimo. "¡Estos plátanos no están correctamente etiquetados!" gritó. "¡Están violando las normas del puerto!"

Los marineros intentaron explicarle que se habían olvidado de etiquetarlos debido a la prisa por llegar al puerto a tiempo, pero Aníbal no quería escuchar ninguna excusa. "¡Están arrestados!" ordenó.

Los marineros se resignaron a ser arrestados, pero entonces uno de ellos tuvo una idea brillante. "Señor gobernador, si nos permite vender nuestros plátanos, prometemos usar el dinero para comprar las etiquetas correctas y etiquetarlos adecuadamente". Aníbal pensó que era una buena idea, y permitió que los marineros vendieran sus plátanos.

Desde ese día, el puerto de Cartagena se convirtió en el lugar donde se podían comprar los mejores plátanos del Imperio, y Aníbal se convirtió en conocido como el "Gobernador de los Plátanos". Los marineros y comerciantes empezaron a llamarlo cariñosamente así, y el gobernador se convirtió en un poco menos estricto en cuanto a las normas del puerto. Todos se dieron cuenta de que un poco de flexibilidad y sentido del humor podía ser bueno para todos.

Y así, el puerto de Cartagena se convirtió en un lugar divertido y próspero, donde los comerciantes podían vender sus productos y los marineros podían disfrutar de unas buenas bananas."

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